miércoles, 10 de febrero de 2016

Avisar

Y Cuantas veces he avisado a los que me rodean de cosas que van a pasar ? muchas.y me enfadaba cuando no me hacían caso porque no entendía como podía ser que con lo claro que yo lo veía , ellos no ,y al final ocurría exactamente como yo había dicho .
 El hecho es que cuando entendí  que cada uno tiene su verdad dependiendo su punto de vista pude entender porque no pueden ver lo mismo que yo hasta que no les ocurre . es como estar en lo alto de un camino y la otra persona abajo por mucho que quieras tu visión siempre abarcaq mas que la de el . esto ha tenido durante mucho tiempo en mi un efecto de síndrome de Casandra*, es muy frustran te ver como les dices como evitar algo pero no son capaces de verlo y por otro lado vuelve a ser frustran te poder avisar a los demás de cosas que luego tu misma no puedes darte cuenta cuando se trata de ti . mas de una vez si veo venir las cosas pero digo :no ..?eso no puede ser  y pim pam ostia que llevo por no hacerme caso .  cuantas veces he intentado convencer a los que me rodean de no hagas esto que te va.... o no te das cuenta de que .... y no solo con la rabia de que hagan lo que ellos creen si no con enfados peleas y todo lo que ha estado en mi mano para impedir que les pasara lo que para mi era tan evidente , en la mayoría de los casos solo he conseguido ser una mera espectadora  de lo que luego paso con el consiguiente (te lo avise) una espectadora que no logro hacer nada para impedirlo .
A fecha de hoy entiendo mejor que nunca ese dicho de cada uno tiene que tropezar con su propias piedras porque por mucho que yo las vea ellos no . y todo somo repetidores de tropezar con las mismas piedras una y otra vez como si no aprendiéramos de lo que ya nos ha pasado .por ello seguire avisando de lo que veo pero la última palabra la tiene al que avisas
*Síndrome de casandra *Casandra fue sacerdotisa de Apolo, con quien pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía. Sin embargo, cuando accedió a los arcanos de la adivinación, Casandra rechazó el amor del dios; éste, viéndose traicionado, la maldijo escupiéndole en la boca: seguiría teniendo su don, pero nadie creería jamás en sus pronósticos. Tiempo después, ante su anuncio repetido de la inminente caída de Troya, ningún ciudadano dio crédito a sus vaticinios

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